Que si dos litros de agua al día son básicos, que si cuando te levantes te bebas un vaso que es muy importante… Ya, sabemos que cuando llega el verano no hace falta que te lo diga nadie, porque con la que cae cuando vas por la calle ya lo haces tú solito, pero con este estudio llevado a cabo en laUniversidad de Lougborough y publicado por la revista Physiology and Behavior, nos dan las pruebas científicas del porqué hemos de hacerlo también cuando nos sentamos al volante.
Para llevar a cabo este experimento se sometió a una muestra de voluntarios a pruebas de conducción (en un simulador, no os preocupéis) con las que se pretendía evaluar la importancia de la hidratación, también en la carretera. Así, durante el primer día, los conductores bebían 25ml de agua cada hora, mientras que el segundo día la cantidad ascendía a 200ml.
En la recogida de datos, se han contabilizado errores como pisar la línea continua, dar acelerones o frenazos innecesarios, entre otros… Las conclusiones del experimento son muy claras: aquellos que ingerían menos agua y presentaban un nivel leve de deshidratación acumulaban más del doble de incidentes que aquellos que consumían más agua (47 frente a 101 incidencias).
Las cifras nos llevan a otro dato muy desconcertante: aquellos conductores con una deshidratación leve conducían como si hubiesen bebido y presentasen un grado de alcohol en sangre del ¡0,08%! Así lo explica el director del estudio: “No hay duda con respecto a que el consumo de drogas o alcohol incrementa el riesgo de accidentes, pero nuestras investigaciones resaltan un peligro al que no prestamos atención y sugiere que los conductores han de ser alentados para que conduzcan correctamente hidratados”.
Es decir, alguien deshidratado puede ser tan peligroso en la carretera como aquel que ha bebido y se sienta al volante. En el estudio, además, se demuestra cómo la deshidratación también provoca cambios de humor,dificultad para concentrarse y mantenerse alerta.
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