Si vives en una ciudad de tamaño medio o grande es muy fácil verles: las bicicletas y motos de servicios de mensajería y reparto como Deliveroo o Glovo forman parte del tráfico diario. Por otro lado, a poco que compres “on line” no es difícil comprobar cómo los plazos de entrega de empresas como Amazon, El Corte Inglés, Seur, o incluso Correos… cada vez son más reducidos.
Por lo que es normal que si aumenta el número de desplazamientos para la entrega de los pedidos, ya sea en bici, moto o camioneta de reparto, los accidentes aumenten. A mayor número de entregas de paquetes o pedidos, se une además la necesidad y el stress de llegar según el tiempo acordado.
Cuestión de cifras
Según datos de la DGT, en 2015 fallecieron 173 personas en accidentes de tráfico laborales. De los 58.842 accidentes de tráfico laborales producidos, 15.640 se produjeron “en misión”. Es decir, durante la jornada de trabajo.
Los últimos datos ofrecidos por el ministerio de Empleo y Seguridad Social informan de que sólo en el primer semestre del año pasado, el número de accidentes del sector logístico fue de 17.368. Los accidentes graves fueron 178 y la cifra de personas fallecidas ascendió a 66. Las causas del trágico aumento en las estadísticas apuntan a una mejora de la economía, y en concreto, del número de desplazamientos que produce el boom actual del ecommerce… Hay más movimiento, sí, pero hay que hacerlo mejor. O más bien, de forma más segura.
¿Qué hay tras las compras con sólo hacer clic?
Según Ecommerce Europe, España ya es el cuarto país europeo que más compras hace a través de la red. El comercio electrónico no ha encontrado aún su techo, y las consecuencias de él, mas allá de la reconversión del comercio tradicional, son claras. Si no hay tienda física donde recoger lo que has comprado, el paquete ha de llegarte a casa. Y ahí es donde el papel de los servicios de logística y transporte entran a escena.
En noviembre del año pasado, el Consejo Europeo de Seguridad de Transportes, PRL Innovación y Fundación MAPFRE organizaron una jornada sobre prevención de accidentes y lesiones de tráfico de empleados. Entre las consideraciones y conclusiones obtenidas destacan las siguientes:
- La necesidad de las empresas de ser competitivas y de realizar los trayectos en el menor tiempo posible, provoca una serie de riesgos adicionales para gestionar una movilidad segura.
- El reto es conseguir una óptima combinación entre la competitividad y los tiempos de desplazamientos para que estos sean seguros.
Transporte por carretera, entregas en la ciudad
El 20% de los españoles compra al menos una vez a la semana a través de su ordenador, tableta o smartphone, según información ofrecida por PRL Innovación. Una estadística que muestra que un porcentaje considerable de población adquiere muchos productos o hace muchos pedidos a través de la red.
Nos hemos acostumbrado a comprar unas zapatillas a través de Amazon y poder calzarlas en apenas un par de días. Este ejemplo se da, si el producto proviene de Asia. Pero hay servicios de entrega como el de la tienda on line de El Corte Inglés que marcan récords. El empresa española ofrece la posibilidad de que tengas un mensajero en la puerta de tu casa dos horas después de haberte comprado el último libro de Harry Potter, por ejemplo.
¿Qué es la llamada “última milla”?
El sector logístico llama así al último paso en la entrega del pedido. Es el punto más crítico de toda la cadena de transporte. Y lo es porque esa última fase está marcada por la movilidad urbana. Factores como el tráfico denso, atascos, zonas peatonales, y escasez de zonas de descarga provocan que esos últimos metros antes de la entrega se conviertan en los más complicados para la seguridad vial, y para la eficiencia de las empresas de logística.
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