La llegada de los coches eléctricos supondrá un cambio en muchos aspectos de la conducción y el área de la seguridad no iba a ser una excepción. Hemos comentado con anterioridad cómo resuelven los fabricantes de coches eléctricos la seguridad de la batería, pronto los fabricantes de modelos híbridos y eléctricos se verán obligados a incorporar de serie dispositivos que emitan un ruido identificable para aumentar esa seguridad.
Tanto en Estados Unidos, como en Europa, será 2019 el año en que entre en vigor la normativa. Para el caso de nuestro continente, nos encontramos desde 2014 en un periodo en que las autoridades de la Unión Europea ha calificado como de adaptación (de hecho, ya hay algunos modelos que han ido incorporando sistemas acústicos).
Esta nueva regla será de aplicación obligatoria a todo tipo de motorizaciones eléctricas: híbridas, híbridas enchufables, 100% eléctricas, eléctricas de autonomía extendida y las que monten pila de combustible de hidrógeno. Todos ellos son estandartes de una nueva generación en pos de la movilidad sostenible y están irrumpiendo poco a poco (y en silencio) en nuestras calles.
Los principales defensores del coche eléctrico no dejan de recalcar que su conducción silenciosa es una gran ventaja en términos de contaminación acústica. Además, aporta una experiencia diferente a la conducción. Muchos fabricante afirman que esa ausencia de ruidos de la combustión reduce en algunos los niveles de estrés al volante. Es ese silencio el que se pretende evitar desde el punto de vista de la seguridad, en concreto para los peatones.
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