El Puente de Brooklyn es una de las infraestructuras del siglo XIX más emblemáticas de Nueva York. Cuando se inauguró en 1883, era el puente colgante más largo del mundo con 1.800 metros de extensión.
Si bien su uso inicial era para que circularan automovilistas y peatones -incluyendo en diferentes periodos el paso de tranvías y trenes- el boom ciclista de las últimas décadas llevó al Departamento de Transportes de la ciudad a crear un plan de ordenamiento vial pues la tasa de accidentes en uno de sus extremos es nueve veces superior al promedio total del Estado de Nueva York.
No hay comentarios:
Publicar un comentario