domingo, 18 de octubre de 2015

¿Cómo podemos devolverle vitalidad a la Seguridad Vial?

Esta es una de esas preguntas que podemos pensar que es altamente filosófica, pero que en el fondo es muy práctica, y nos va a llevar a algo muy concreto. Como ya repasamos aquí muchas veces, la seguridad vial ha dado pasos de gigante desde que tenemos memoria, y desde muchos años antes. Si echamos la vista atrás a los años de 1950, 1960 o 1970, podemos comprobar que avanzamos muchísimo en materia de seguridad, y a todos los niveles.
Existen límites de velocidad, como una de las medidas más evidentes y más polémicas para “el control de los daños” en una hipotética colisión; hablamos de la generalización en el uso del cinturón de seguridad como la piedra filosofal para salvar miles y miles de vidas; hablamos de avances en seguridad activa y pasiva, como mejores suspensiones y neumáticos, mejores chasis y estructuras deformables… Pero en 2015 estamos asistiendo a una deceleración en esa reducción progresiva de víctimas de tráfico.
La tendencia a la baja, irresistible durante unos cuantos años, parece haber llegado a un punto de estancamiento que es bastante preocupante. Los datos de reducción en número de víctimas han frenado sensiblemente, y en 2014 nos encontramos con datos que nos deberían mover en el sentido de poner otra vez, sobre la mesa, el tema de la seguridad vial. Un reciente estudio de la Fundación MAPFRE nos revela unos datos muy significativos.
El estudio “Planes Estratégicos Europeos de Seguridad Vial. Propuestas de acción en España” (aquí podéis descargar el PDF completo) nos sitúa en este escenario de estancamiento y aporta unos primeros datos reveladores en cuanto a la situación actual. En relación a las víctimas de accidente de tráfico tenemos:
una reducción en el número de personas muertas en 2014 del 1,1%, muy lejos de los valores de años anteriores y, desde luego, insuficiente y muy preocupante. Y hemos retrocedido en nuestra comparativa con Europa: mientras que en el año 2013 fuimos el séptimo país con menor tasa de mortalidad por millón de habitantes, en 2014 bajamos al noveno puesto.
Esto significa que la tendencia positiva (en cuanto a descenso de víctimas) se ha detenido o ralentizado severamente. No es un caso aislado para España, pues en el conjunto de Europa la reducción de víctimas se cifra en el 0,6%, mientras que el número de heridos graves creció en un 3%. Por lo tanto, la pregunta es, ¿estamos haciendo lo correcto y lo estamos haciendo con la suficiente fuerza?

Algunas propuestas para impulsar la Seguridad Vial en España

El Objetivo Cero debe ser la prioridad y única meta de las instituciones, profesionales de la Seguridad Vial, y también de los medios de comunicación, que al menos tienen en sus manos la audiencia y el público al que pueden llegar, para tratar de poner énfasis en estas preocupaciones. Deberíamos plantearnos, todos, que cero víctimas y heridos graves es a lo que tenemos que aspirar. Sea una utopía o no, es lo de menos: si nos fijamos el objetivo cero estaremos haciendo un esfuerzo consciente por acercarnos a ese “imposible”, que probablemente no lo es.
Una vía que podemos considerar, para alcanzar este “Objetivo Cero”, es el “Sistema Seguro”, es decir, que deberíamos ser capaces de llegar a un sistema (infraestructuras incluidas) seguro en sí mismo. Si el sistema está compuesto por diferentes partes relacionadas entre sí, y cada una de las partes es segura (asfalto en perfectas condiciones; barreras resistentes y seguras; eliminación de puntos negros; vehículos seguros; velocidades adecuadas; conductores y demás usuarios, seguros y bien formados), nos encontraremos con un entorno seguro, un Sistema Seguro.
Hemos comentado esto en otras ocasiones: cuantas menos variables sin control estemos considerando, tanto más sencillo es reducir las víctimas de tráfico. En el citado estudio podemos encontrar mucha información al respecto, y una tabla que nos revela qué medidas concretas podemos tomar para dar ese impulso a la seguridad Vial que, en los últimos años, ha “perdido fuelle”:
medidas

Y por supuesto, no debemos olvidar a los propios conductores, a ti y a mí, que nos movemos cada día en coche, que salimos el fin de semana o el puente, y que somos responsables de nuestra pequeña parcela particular. Nosotros también podemos aportar nuestro granito de arena al Objetivo Cero, y creo que jamás debemos infravalorar lo que podemos aportar cada uno, pues, aunque suene muy duro, a la hora de tener un accidente no somos un número, somos personas que tienen responsabilidad.

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