lunes, 11 de mayo de 2015

Aparcar en paralelo ya estaba chupado en 1927



Hoy en día los coches -sobre todo en gamas algo más altas- incorporan sistemas de asistencia al aparcamiento que facilitan una de esas tareas que pueden hacernos pasar un mal rato de cuando en cuando. A los sensores de proximidad se suman cámaras traseras con guías de aparcamiento que hacen que la marcha atrás sea cosa de niños, pero poco a poco aparecen modelos que pueden buscar huecos y aparcar sin intervención del conductor.

Todas estas novedades tecnológicas son fantásticas, pero resulta irónico que ya en 1927 ya se pensara en este tipo de sistemas y hubiera quien los solventara de una forma especialmente ingeniosa: con unas ruedas delanteras que giraban sobre su eje 90 grados para permitir que el aparcamiento en paralelo fuera mucho más sencillo.

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