martes, 13 de diciembre de 2016

Qué ocurre con la contaminación dentro del coche en los atascos

Muchos de nosotros nos pasamos la mayor parte del tiempo en espacios cerrados en los cuales el nivel de contaminación del aire es mayor que en el exterior, aunque pueda parecer lo contrario. El coche, lejos de proteger a los pasajeros de la contaminación, dificulta el que los contaminantes salgan del habitáculo, por ello suele ser una equivocación pensar que dentro de los vehículos estamos a salvo de la contaminación.

Cuatro veces mayor contaminación en el interior

Existe muy poca información sobre este problema. La referencia es un estudio de 2007 del INSERM, Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica francés (Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale), que reveló que el aire del interior del vehículo suele estar cuatro veces más contaminado que el del exterior. Los investigadores equiparon un vehículo con la instrumentación adecuada, el cual recorrió durante dos meses las ciudades de Rouen y París. Se midieron las concentraciones de compuestos contaminantes en el interior del vehículo y se compararon con la normativa vigente, demostrándose que el nivel de contaminación era casi constantemente mayor que los máximos niveles establecidos.

Los vehículos diésel y los de normativa anticuada, empeoran las cifras

Según dicho estudio, cada hora que se pasa en el interior del vehículo a menudo se supera el umbral marcado por la OMS (Organización Mundial de la Salud), del cual se extrae que “en concentraciones de corta duración superiores a 200 μg/m3, el dióxido de nitrógeno (NO2), es un gas tóxico con efectos importantes en la salud”.
Siguiendo con los resultados del estudio, en las zonas de alta densidad de tráfico la concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) es 10 veces mayor en el interior del vehículo que en el exterior, y en caso de la presencia de vehículos diésel y pesados esta concentración puede ser 65 veces mayor que el umbral establecido por la OMS. Si el tráfico es fluido la concentración de NO2 desciende a unos 150 μg/m3. En cuanto a partículas, su concentración es más alta en carretera y en túneles muy transitados.

Lo peor, el dióxido de nitrógeno

En el habitáculo, los principales contaminantes son el dióxido de nitrógeno NO2, benceno, óxido de azufre SO2 y partículas sólidas pequeñas. Gracias a la implantación de las severas normativas anticontaminación Europeas, se ha conseguido la práctica desaparición del plomo y del azufre en los combustibles en Europa, por tanto de sus derivados en los gases de escape, así como el notable descenso de las emisiones de los vehículos nuevos en las últimas dos décadas.
Aun así, la alta cantidad de vehículos diésel y anteriores a la aplicación de esas normativas, hace que aun sea muy alta la concentración de NO2, SO2 y partículas pequeñas procedentes de los humos. En general se trata de sustancias más densas que el aire, por lo que tienden a permanecer a baja altura sobre la calzada en lugar de ascender.

Riesgos para la salud y cómo mitigar la contaminación interior

Aunque no es el cometido de este artículo el explicar las consecuencias para la salud de los contaminantes, a groso modo pueden producir por orden de importancia, irritación, problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares y cánceres como la leucemia.
En realidad sólo hay dos formas de evitar altos niveles de contaminación en el interior de los vehículos y ninguna de ellas totalmente eficaz:
  • La primera es evitar conducir en zonas y horarios de tránsito muy denso de vehículos o embotellamientos.
  • La segunda es equipar nuestros vehículos, si no lo hacen ya, con los mejores filtros de habitáculo, los cuales eliminan gran parte parte de las partículas sólidas, con un tamaño de hasta 2,5 μm, y parte de los olores y moléculas contaminantes si incorporan la tecnología del carbono activo.
Hay que decir los filtros habituales de habitáculo sólo filtran partículas sólidas de más de 10 μm, y que la única tecnología que llega a filtrar parte de los gases nocivos es el carbono activo. Hay que indicar que los filtros de habitáculo actuales, sean de la tecnología que sean, son eficaces con caudales de aire de ventilación moderados y siempre que estén nuevos o casi nuevos.

Mucho por hacer

Se podría concluir que aún hay un gran recorrido de mejora en la calidad del aire de muchas ciudades, y que, en contra de lo que cabría esperar, dentro del vehículos la concentración de sustancias nocivas provenientes de los escapes de otros vehículos se multiplican con respecto al aire exterior, según las pocas referencias de investigación existentes. Para empeorar las cosas los sistemas de purificación de aire de los vehículos se encuentran en unos niveles bastante poco desarrollados en comparación con el alto nivel de contaminantes de nuestras ciudades en los embotellamientos y zonas de alta densidad de tráfico, a pesar de que existe tecnología para solucionarlo.

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