Denunciamos la falta de controles
Hoy ha volcado un autocar de transporte escolar en Fuenlabrada dejando a 17 menores heridos leves. El conductor del vehículo ha dado positivo en cocaína. Afortunadamente no ha habido heridos graves ni personas fallecidas. Si los hubiera habido estaríamos escandalizados y se abriría de nuevo un debate que tiene unas conclusiones claras desde hace tiempo: necesitamos más controles de alcohol y drogas.
Estos controles deben incidir en el transporte escolar, que ha aumentado en los últimos años. “Dejas a tus hijos en la ruta del colegio sin tener la certeza de que el conductor no ha consumido cocaína o alcohol. De nada sirve detectar el ‘positivo’ en alcohol o drogas de un conductor después del accidente, más que para fustigarnos por no haber evitado lo evitable, cuando existen mecanismos de sobra para hacerlo” palabras de Francisco Canes, presidente de Asociación DIA y Fundtrafic.
Hace unos días publicaba la DGT su calendario de campañas de vigilancia. Perdonen, señores de la DGT, pero el control de transporte escolar debe ser una tarea rutinaria, y no cosa de dos semanas al año.
Nuestra demanda se extiende al resto de transporte de viajeros. Es prioritario asegurar que los conductores de vehículos que transportan personas estén controlados sea cual sea su empresa, se trate de transporte público o privado, independientemente de su horario y de la vía por la que circulan. La mayoría de los controles de vigilancia de alcohol y drogas los realiza la Guardia Civil en vías interurbanas. ¿Acaso no hay autocares escolares con rutas dentro de las ciudades? En zonas urbanas son los Ayuntamientos los que deben poner a sus Policías Locales a efectuar los controles.
Las estadísticas sobre consumo de alcohol y drogas al volante darán unos resultados u otros en función de las muestras que se tomen. Si los controles se realizan los fines de semana a la salida de zonas de discotecas creeremos que son los jóvenes los únicos que consumen drogas al volante. Pero el consumo en la conducción debe perseguirse en todos los ámbitos.
Los controles de alcohol y drogas deben ser permanentes (durante todo el año), aleatorios (no estigmatizar a grupos sociales como los jóvenes) e intensivos (que lleguen a todas las vías de circulación).
Sólo haciendo los controles de este modo podremos disuadir a los conductores.
Controles obligatorios a trabajadores
Las empresas también tienen un importante papel a la hora de prevenir este tipo de infracciones. Las empresas que se dedican al transporte de personas deben tener la potestad y la obligación de controlar a sus trabajadores. Existen varias alternativas:
- Informar de que anualmente se van a realizar una serie de controles de alcohol y drogas aleatorios, realizarlos sin previo aviso y registrarlos, sancionando en caso de positivo.
- Instalar dispositivos de detección automática en los vehículos, como el Alcolock, que bloqueen el sistema de arranque en caso de positivo en alcohol o drogas.
Accidentes como el de hoy en Fuenlabrada podría haber acabado en una auténtica tragedia. Finaliza Francisco Canes “No estamos dispuestos a digerir más accidentes con víctimas menores por la irresponsabilidad de las personas que deben asegurarse de que viajen en un transporte seguro”.
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