Este año no podremos celebrar un nuevo descenso en el número de fallecidos en la carretera. Por primera vez en 13 años se ha roto la tendencia a la baja, que duraba desde el 2003. El 2016 cerrará con al menos 1.155 víctimas mortales en las vías españolas, lo que supone un incremento de al menos 24 muertos con respecto a 2015.
Era algo más que previsible a la luz de los descensos cada año más discretos, y era cuestión de tiempo de que la tendencia se tornase contraria en algún momento. En Circula Seguro, lejos de buscar culpables, hemos preferido hacer reflexión de la situación actual y ver cuáles son los propósitos de año nuevo que el sector de la seguridad vial debe asumir en el próximo año.
1. Mejorar el mantenimiento y la conservación de las carreteras.
Los profesionales del sector lo tienen claro: El futuro de la seguridad vial pasa por la conservación y el mantenimiento de las carreteras. Llegará un momento en el que no queden más carreteras que construir y la inversión deba centrarse en la mejora y el mantenimiento de las que ya están construidas.
En este sentido, Mario Arnaldo, presidente de AEA (Automovilistas Europeos Asociados), ha solicitado a las autoridades que “enciendan las alertas” y ha reclamado que “hay que hacer un esfuerzo para mantener en perfecto estado de conservación la red de infraestructuras”.
Por otra parte, aunque siempre debemos celebrar la sustitución de una carretera convencional por una autovía, lo cierto es que España ya cuenta con una de las redes de autovías y autopistas más largas del mundo. Con una diferencia tan abismal entre la siniestralidad entre un tipo u otro de vía (el 80% de los accidentes se producen en vías convencionales), la política de inversión pública no debería ir sólo encaminada a la construcción de nuevas autovías sino también en la mejora de las condiciones de las carreteras de calzada única.
A este respecto, Jorge Castellanos, coordinador de Seguridad Vial de RACE, denuncia que, ante el pésimo estado de conservación de las carreteras convencionales, “lo que hay que hacer es volver a invertir en red secundaria que es donde se mata la gente”.
2. Auditar la seguridad vial de las carreteras españolas
Como paso previo imprescindible antes de realizar cualquier plan de inversión en infraestructura viaria, los expertos apuntan a la obligación de realizar auditorías de las condiciones de seguridad vial en toda la Red de Carreteras del Estado.
Estudios recientes de EuroRAP reflejan que el 13,1% de la totalidad de los kilómetros de las carreteras españolas son peligrosos, cifra que se eleva hasta el 25% en el caso de las vías convencionales. Las auditorías de seguridad vial son imprescindibles a la hora no sólo de localizar los tramos de mayor riesgo de accidentalidad, sino también para identificar los motivos por los cuales se producen los siniestros y cuáles son las actuaciones de prevención más adecuadas.
En este sentido, ya os hemos hablado en Circula Seguro de los estudios de seguridad vial que se están realizando en España aplicando sistemas de inteligencia artificial.
3. Ampliar las campañas de educación vial a peatones y a los más jóvenes
Los profesionales del sector llevan años apuntando a que la educación vial debe ser obligatoria y universal, y ampliarse las actuales campañas a todos los colectivos de la sociedad. En este sentido, el nuevo director general de Tráfico, Gregorio Serrano, ya afirmó que “hay que seguir trabajando en la educación vial. El Gobierno Central no debe cansarse de lanzar campañas y mensajes sobre la concienciación”.
Y uno de los puntos donde deben incidir estas campañas es en la educación cívica del peatón, una figura que se encuentra omnipresente en el tráfico diario de las ciudades y que constituyen uno de los colectivos más vulnerables, pero que suelen quedar excluidos en los programas de formación y concienciación lanzados por las autoridades. Una presencia que se ve acrecentada por la aparición de la nueva figura del “peatón tecnológico”, que abusando no sólo del uso del móvil sino de otros aparatos electrónicos como tablets o reproductores de música, se exponen constantemente con comportamientos imprudentes e incluso peligrosos.
Otro colectivo especialmente vulnerable es el de los más jóvenes. El sector pide que la educación vial a edades tempranas se institucionalice a nivel nacional, pues aunque hay excelentes iniciativas locales, éstas se realizan de manera desigual y no cuentan con los recursos apropiados.
En esta línea Francisco Canes, presidente de DIA (Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes), ha puesto de relieve la necesidad de que “a los chavales, de una manera mucho más inteligente que es ahora, se les empiece a hablar de esa nueva movilidad que se les presenta“. Aspectos como la forma de cruzar una calle, bajarse de un vehículo o transitar por la acera, son cuestiones cotidiana que no siempre los niños lo tienen claro.
4. Implantar Planes de Seguridad Vial Laboral en las empresas
A pesar de que pronto serán obligatorios los Planes de Seguridad Vial Laboral en el entorno de la Unión Europea, los empresarios aún piensan que estos planes son sólo cosa de grandes sociedades y las empresas de transporte, y son muy pocas las PYMEs que parecen decididas a implementarlos en su día a día.
Sin embargo, y como ya hemos comentado en Circula Seguro , según los últimos datos, en España se contabilizaron 54.416 bajas laborales por accidentes de tráfico en el último año. Y no sólo eso. La Fundación MAPFRE nos cuenta que el 32% de los accidentes laborales mortales son de tráfico, y que por otro lado, el 11% de los fallecidos en accidentes de tráfico en España lo fueron en trayectos laborales (incluidos los in itinere).
Por todo ello, se hace imprescindible un PSVL para evaluar los posibles riesgos en el entorno laboral y proponer medidas correctivas. El objetivo es que empleados y colaboradores tomen conciencia de los riesgos, y formarlos tanto para eliminar malos hábitos como para adquirir procedimientos adecuados de movilidad para los desplazamiento in itinere y en misión.
5. Renovar el parque automovilístico
Otro de los factores que pueden explicar el repunte de fallecidos en las carreteras es que han aumentado los desplazamientos (entre un 5% y un 6%) con coches cada vez más viejos. Es consecuencia de vivir con la sensación de la recuperación económica, que nos impulsa a viajar más, pero sin haber podido renovar nuestros coches por la reciente crisis económica, que aún colea en algunos colectivos.
Gregorio Serrano señala a que “conducimos coches más antiguos y peor mantenidos. Casi 14 años tenían los vehículos donde viajaban los fallecidos este año” y apunta la solución: “Incentivar el cambio de vehículo. Desde el Gobierno hay que ayudar a la renovación del parque automovilístico”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario