viernes, 8 de abril de 2016

Diferencias básicas a la hora de conducir un coche eléctrico frente a uno de combustión

Los coches eléctricos han visto disparadas sus ventas en los últimos años, gracias a la mejora de su autonomía y los elevados precios de los combustibles fósiles. Para muchos este tipo de vehículos serán los sustitutos de los vehículos diésel y gasolina a medio-largo plazo, por lo que cabe preguntarse, ¿cuáles son las diferencias en su conducción respecto a un vehículo convencional?

Desacelerar es el nuevo freno

Todos los coches eléctricos que han llegado al mercado en los últimos años equipan sistemas de recuperación de energía. Estos sistemas recargan las baterías invirtiendo el funcionamiento de los motores eléctricos, convirtiéndolos en generadores en fases de deceleración.
Esto implica que cada vez que soltamos el acelerador, el sistema de regeneración de energía entra en funcionamiento, ejerciendo una fuerza de deceleración similar a la que experimentamos en un coche convencional cuando pisamos suavemente el freno.
De este modo, la mejor forma de conducir un coche eléctrico es evitar pisar el freno, usando la retención del sistema de regeneración de energía como freno, lo que nos permitirá además recuperar carga en las baterías. En caso de frenar, hay que procurar hacerlo de forma prolongada, para lo que es muy importante adelantarse a las condiciones del tráfico y prever próximos movimientos.

Cuidado con la aceleración

Una de las peculiaridades de los vehículos eléctricos es que entregan toda su potencia desde cero revoluciones, al contrario que los vehículos de combustión interna que cuentan con un rango óptimo de revoluciones. Esto les dota de una aceleración en los primeros metros muy superior a los vehículos actuales. Incluso los mejores superdeportivos son batidos en aceleración durante los primeros metros por coches eléctricos como el Tesla Model S.
En este sentido es muy recomendable conducir con suavidad con aceleraciones progresivas, lo que además repercutirá en el rendimiento de la batería.

La autonomía y velocidad de carga obliga a planificar los desplazamientos

La autonomía en los coches de combustión interna no suele ser un problema. La mayoría de los coches actuales pueden recorrer entre 600 y 1.300 kilómetros sin repostar dependiendo del tamaño del depósito de combustible y el consumo. Por suerte llenar el depósito de combustible solo nos lleva unos minutos en una de las miles de gasolineras que podemos encontrar en cualquier punto del planeta.
En el caso de de los coches eléctricos, la cuestión referente a la autonomía es más compleja, lo que obliga a planificar desplazamientos y a ser posible, evitar imprevistos que impliquen hacer más kilómetros. Con la tecnología de baterías actual, los coches eléctricos más mundanos rondan los 200 kilómetros de autonomía, cifra a todas luces escasa si realizamos viajes largos por carretera. Además esta autonomía se ve drásticamente reducida si realizamos una conducción alegre o si usamos el sistema de climatización. Para contrarrestar estola mayoría de los modelos cuentan con un modo ECO que te permite optimizar el rendimiento energético y climatizar, por ejemplo, el coche con antelación.
Por otro lado existe el problema de la carga. Si tenemos un coche eléctrico, tenemos básicamente dos modos de recargar sus baterías: en casa o utilizando un punto de carga público. Si optamos por realizar la carga en casa usando una instalación eléctrica estándar, una carga completa puede llevar toda una noche, mientras que si usamos una instalación trifásica adaptada podemos reducir este tipo a la mitad o un tercio.
Si optamos por recargar nuestro vehículo en un punto de recarga público, es posible que éste sea compatible con el sistema de carga rápida de nuestro coche, permitiéndonos obtener una carga de en torno a un 80 % en un tiempo que oscila entre la media hora y la hora y media, dependiendo de lo avanzado que sea el sistema. Sin embargo ha día de hoy estos puntos no están generalizados en España, si bien los ayuntamientos de las principales ciudades comienzan a concienciarse con el tema, entendiendo que la utilización de estos vehículos sería una de las soluciones ante los problemas de polución. Existen webs donde se puede consultar rápidamente los puntos de recargas existentes en un área, por ejemplo la de Electromaps.

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