La Dirección General de Tráfico (DGT) pretende implantar en los próximos meses nuevas tecnologías que ayuden a hacer las vías más seguras. En la actualidad está experimentando con pequeños aparatos voladores que podrían controlar el tráfico de una manera más eficiente que los actuales Pegasus.
La empresa encargada de desarrollarlo es Thales España, a la que se ha encargado que el prototipo realice no solo labores de control del tráfico, sino también funciones militares de búsqueda y rescate en montaña, de inteligencia y apoyo a fuerzas terrestres.
El prototipo sobre el que se está trabajando no es un dron comercial. Tiene unas ocho horas de autonomía, será capaz de despegar y aterrizar en cualquier sitio, alcanzar los 4.000 metros de altura y volar a velocidades de hasta 100 km/h. Su radio de acción será de 80 kilómetros y tendrá un peso contenido para poder volar cargado con radares, cámaras, sensores y megafonía en tiempo real.
Con ellos, la DGT espera conocer al instante cualquier alteración de la normalidad que ocurra en las carreteras nacionales. Además, estos drones facilitarán la gestión del trabajo a los distintos operarios de Tráfico. También cuentan con la ventaja de que pasan desapercibidos para la mayoría de los conductores, se podrán emplear para examinar zonas afectadas por inundaciones u otras catástrofes naturales y podrán detectar rápidamente averías o grandes congestiones de tráfico. Por no hablar de la ventaja económica, puesto que cada hora de vuelo de un dron es, según las primeras estimaciones, unas 100 veces más barata que cada hora de vuelo de un helicóptero, amén de la diferencia entre el precio de un helicóptero y el de un dron.
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