El teléfono móvil, al que hoy ya todos conocemos simplemente como el “móvil” es cada vez más importante en nuestras vidas. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos nos acompaña a todos lados, y también lo hace cuando viajamos en coche, esa es la realidad.
Los expertos y los responsables en seguridad vial ya comprobaron hace muchos años que utilizar el móvil durante la conducción era un gran peligro, y eso que entonces el artilugio en cuestión sólo se utilizaba para las llamadas.
Hoy en día, el teléfono se utiliza para escribir o ver mensajes, y para otras muchas utilidades, con lo que el riesgo para la seguridad vial aumenta, y no hace falta ser un experto para darse cuenta de ello.
Todos los conductores sabemos que conducir utilizando el móvil es un peligro, pero quizá la adicción al aparato nos impide darnos cuenta de los peligros que conlleva.
Es una batalla que no se está ganando, y es preocupante porque ya es la principal causa de distracción al volante. Los datos lo demuestran: en el año 2008 la DGT impuso casi 160.000 sanciones por utilización del teléfono móvil mientras se conducía, y en 2015 fueron más de 190.000.
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